24h en un portaaviones americano (III): dependencias aéreas - LQT Defensa

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domingo, 29 de abril de 2018

24h en un portaaviones americano (III): dependencias aéreas

En el post anterior os expliqué cómo funcionaban las operaciones aéreas en un portaaviones, en este post os hablaré de otros espacios relacionados con la actividad de vuelo.

Ready rooms

En estas salas, un nivel por debajo de la cubierta, es donde los escuadrones preparan sus misiones, reciben sus briefings y rellenan su papeleo antes y después de cada vuelo. Cada Escuadrón tiene su sala, decorada según sus colores y demás señas de identidad. 




En ellas hay cómodas sillas asignadas a cada piloto, grandes tablones blancos donde se escriben los planes del día y las misiones, así como un par de pantallas donde se puede ver, en directo, la actividad de la cubierta en blanco y negro. Todos los despegues y aterrizajes se graban en vídeo y pueden ser vistos a través de estas pantallas, que por lo general están disponibles en todas las estancias que tienen relación con las operaciones aéreas así como en el despacho del Comandante y similares.

Entrando a la derecha encontramos una oficina donde realizar tareas administrativas, a la izquierda una pequeña cocina donde preparar, como no, palomitas y si seguimos de frente encontramos un gran espacio con butacas para atender las explicaciones. Es fácil saber qué Escuadrón está volando ese día, saldrá un fuerte olor a palomitas recién hechas de su Ready Room. En ella los pilotos que no vuelan se sientan a ver por la pantalla los aterrizajes de los demás, criticando y riendose de los que no lo consiguen. En la sala que visitamos una gran pieza de metal colgaba del techo encima de una de las butacas, para recordar al aviador en cuestión que era el último que se había pasado los cables mientras intentaba aterrizar.

En esta sala, concretamente la del Escuadrón Warhawks VFA-97, uno de los pilotos nos dió un briefing sobre los procedimientos de despegue y aterrizaje, el tipo de avión que volaban y otros asuntos. Como todos, respondió a todas las cuestiones que se le plantearon por parte de los visitantes.

Hangar

El mismo piloto que os comentaba nos acompañó entonces al hangar, espacio que visitamos 3 o 4 veces durante el embarque, es el espacio más grande del buque si no contamos la cubierta.


Un E-2 Hawkeye cabe sin problemas en el hangar. Foto: @LQT_Defensa

Allí pudimos ver todos los aviones que estaban siendo sometidos a tareas de mantenimiento, maquinaria, respuestos diversos, espacios habilitados como gimnasio y alguna que otra cosa curiosa. Ahora os detallo.

La verdad es que se trata de un espacio inmenso, abarca de estribor a babor y es también muy largo, aunque sin ocupar toda la superficie del buque. Tiene 4 enormes aperturas en los costados donde se situan los elevadores para mover aeronaves entre el hangar y la cubierta, lamentablemente no vimos ninguno en funcionamiento durante la visita.


F-18 esperando revisión. Foto: @LQT_Defensa

Para incrementar las probabilidades de supervicencia durante un ataque directo al buque, el hangar se puede partir en 3 trozos gracias a unas enormes compuertas, que normalmente están abiertas. Igualmente las 4 aperturas de los elevadores se pueden cerrar con el mismo objetivo. Lo curioso es que con tantos aviones amontonados en el hangar, es fácil que alguno esté en el camino de una de estas grandes compuertas, es por ello que en una situación real la puerta tendría fuerza suficiente para partir en dos cualquier avión u obstáculo que se interpusiera en su camino, consiguiendo así el cierre, permitiendo combatir mejor un fuego o ataque.

El hangar es muy alto y colgados del techo podemos ver multitud de depositos de combustible externos y otros equipos. En las paredes pudimos ver 2 pistones de respuesto para las catapultas así como dos cables de frenado enrollados y colgados de la pared.


Depositos almacenados y pistón de repuesto de la catapulta. Fotos: @LQT_Defensa

En los extremos de proa y popa se amontonan carretillas elevadoras y máquinas varias para mover los aviones. En los espacios libres que quedan entre lo aviones y las paredes del hangar se puede ver una gran cantidad de maquinas de gimnasio, tales como bicicletas y cintas de correr, que son utilizadas por la tripulación en sus ratos libres.

El hangar tiene también un habitante muy especial, un avión F-18 lleno de polvo y con pinta de haber vivido de todo a lo largo de su vida. En realidad es un avión sin motores ni equipos de ningún tipo que se utiliza para entrenar a los equipos de emergencia y de lucha contra el fuego, siempre viaja en el buque y lleva pintado el numero 74 del portaaviones en un costado. De esta manera no se ponen en riesgo aviones llenos de equipos carísimos que pueden dañarse con el agua o la espuma que se utiliza para combatir el fuego.

Avión para ejercicios y cables de frenado en pared. Foto: @LQT_Defensa

Los helicópteros descansan uno al lado del otro, con la cola y las aspas plegadas para no ocupar mucho espacio, la verdad es que no abultan mucho si lo comparamos con todo los demás. Los aviones en cambio se colocan como en un puzzle, unos mirando hacia un lado y los otros al revés, intercalados. Sus alas están plegadas, los bordes protegidos con trozos de plástico rojo para que nadie se golpee y los motores tapados con lonas de colores. Según su posición en el hangar se puede saber si están allí para un reparación rápida o algo más serio.


Helicópteros SH-60 Seahawk. Foto: @LQT_Defensa

Durantes nuestra visita sólo tuvimos 3 restricciones fotográficas, y una de ellas fue la de no tomar fotos a las entradas de aire de los motores de los F-18 ni los radares en caso de ver un avión con la canopia abierta. Es de agradecer que en una visita así se nos dejara siempre hacer fotos de TODO excepto en 3 momentos concretos, te daba mucha libertad y confianza para fotografiar todo lo que quisieras.


Puente de mando

En la isla del portaaviones está el puente de mando, pero al contrario de lo que podriamos pensar el Comandante del buque (ellos denominan Capitán a ese cargo) no es el que va en el nivel más alto. No olvidemos que esto es un aeropuerto montado sobre un barco, así que el nivel superior está reservado para la ‘torre de control’, donde el ‘Air Boss’ organiza y controla todas las operaciones aéreas, esta estancia no la pudimos visitar. 

En el segundo nivel si que encontramos el puente de mando del portaaviones, allí un gran número de marineros se encargaban de dirigir el buque teniendo en cuenta no sólo la navegación sino también la dirección del viento, y es que la proa siempre debe tener viento de cara para que los aviones puedan operar. Pudimos ver estando allí como el Comandante ordenaba virar el rumbo para conseguir el viento deseado antes de iniciar uno de los ciclos de lanzamiento.


Explicaciones del Comandante (centro). Foto: @LQT_Defensa

Se mostró muy amable y cordial con todos nosotros, nos explicó su trayectoría militar, el funcionamiento del puente y el que quiso se pudo sentar en su silla. Nos quiso destacar que la persona que está tras el timón acostumbra a ser siempre un marinero/a de los más jóvenes y que lleva poco tiempo en el barco, señal de confianza hacia todo el personal.

Creo interesante destacar la trayectoría que tiene que seguir alguien que quiera acabar siendo Comandante de un buque de estas características: primero tiene que ingresar en la Academia Naval y salir como oficial, luego ser elegible para la escuela de reactores, aprobar la formación, convertirse en piloto naval y ejercer como tal, mandar un Escuadrón embarcado, pasar por la escuela de propulsión nuclear, ser el 2º Comandante de un portaaviones (Executive Officer), ser el Comandante de otro buque, y ya por fín, si has conseguido todo esto, te dejan tomar el mando de uno de los 11 portaaviones de la US Navy. Actualmente tiene en activo 10 de la clase Nimitz y 1 de la nueva clase Ford.


Vista desde la silla del Comandante. Foto: @LQT_Defensa.

En el caso de Capitán Hoffman había sido el último Executive Officer del portaaviones USS Enterprise antes de su desactivación en 2013. Posteriormente había estado al mando de un buque anfíbio, para acabar en el USS John C. Stennis. Según nos contó aún pilotaba aviones regularmente en el buque, normalmente una vez a la semana. Si bien durante su carrera había sido piloto de Hornet y Super Hornet, ahora volaba la versión de guerra electrónica, el F-18 Growler. Esto se debe a que el Escuadrón naval más cercano al puerto base del buque (cerca de Seattle), vuela este tipo de avión.

Un nivel más abajo nos econtramos el puente de mando del Jefe del Grupo de Combate, un Almirante.

Grupo de combate: es el conjunto de navíos que despliegan juntos, como una única fuerza y bajo un único mando a fin de cumplir su misión, si bien el más destacable es el portaaviones, el grupo se compone también de cruceros, destructores y buques de apoyo. Gracias a estos otros buques el portaaviones puede operar sin preocuparse tanto por las amenazas del enemigo, ya sean de superficie o submarinas. En definitiva protegen al portaaviones de amenazas varias y aportan otras capacidades como el ataque a tierra con misiles y otras.


Crucero clase Ticonderoga, portaaviones y 4 destructores. Foto: USS John C. Stennis.

Destacar que un Grupo de Combate por lo general no cuenta con submarinos asignados. Pueden operar juntos pero no dentro de la misma organización, esto da libertad al submarino para cumplir sus misiones con discreción. Nos comentaron que si durante un despliegue contaban con el apoyo de un submarino, podría ser que no lo supieran o que sólo algunos mandos estuvieran avisados de esta circunstancia.

Al ser el portaaviones el buque más grande y con más comodidades, es donde el Almirante tiene su Cuartel General compuesto por unas 75 personas. Este staff lo coordina el Jefe de Estado Mayor del Almirante, un aviador al que pudimos conocer en el puente de mando que os describo a continuación.

Se trata de una estancia similar a la del Comandante del buque, pero hay mucha menos gente y bastantes menos equipos. Se trata de un sitio donde supervisar las operaciones, pero sin un rol operativo inmediato. Según nos comentó el Jefe de Estado Mayor, ellos planifican las operaciones en su Cuartel General en el interior del buque, y allí solo suben a supervisar que todo va según lo previsto. El Almirante había desembarcado ese fin de semana para asistir a un acto en tierra, por lo que no pudimos verlo.


Panorámica cubierta de vuelo. Foto: @LQT_Defensa

En esta estancia también nos esperaba el Jefe del Ala Aérea Embarcada, que reporta al Almirante. Tanto el Comandante del buque, el Jefe de Estado Mayor, como el Jefe del Ala Aérea vestían mono de vuelo, orgullosos aviadores. Se dió la curiosidad de que este último llevaba en la manga derecha un parche de las fuerzas imperiales (Star Wars). Al ser preguntado por el motivo de ese parche en el uniforme militar, comentó con una sonrisa orgullosa que tenia bajo su mando 8 escuadrones, por lo que se le podía considerar un hombre malvado.

Control Aéreo

En esta también tuvimos restricciones fotográficas, pero en este caso fue porqué directamente nos ‘requisaron’ amistosamente los teléfonos para no causar interferencias en los equipos.

Hablamos de 2 salas practicamente idénticas que se encuentran una al lado de otra, unicamente separadas por una puerta. Una se encarga del control de todos los aviones que están en el aire y la otra de dar las indicaciones para la vuelta al buque y la aproximación.

La misión principal de todo el personal de esa dependencia era clara, tener en todo momento palomitas suficientes para abastecer a sus compañeros. Su segunda misión era el cumplimiento de las obligaciones de su puesto operativo. Así nos presentó el oficial de esa sala a todo su personal, primero palomitas, luego aviones. Estaba de muy buen humor por ser las 7 de la mañana. La verdad es que tenían una pequeña cocina en un rincón de la sala.


Sala similar a la descrita pero de otro buque. Foto: US Navy

En la primera sala dos enormes pantallas mostraban información de todos los aviones que estaban en el aire, con especial atención al combustible que llevaban. Desde allí se controlaba su posición y situación de los depósitos, para determinar en que momento había que decir BINGO y enviar el avión a un aeropuerto alternativo. En el caso del día de la visita los alternativos eran NAS North Island y el aeropuerto de San Clemente, ambos en la costa de California. En la pantalla se mostraba toda la información necesaria como la meteorología de esos dos lugares, NOTAMS y otra información de interés.

En la segunda pantalla un diagrama mostraba la aproximación habitual al portaaviones, y en caso de haber habido aviones en esa fase, los hubiera mostrado en pantalla a efectos de control y organización, no de control aéreo. 

Era en la sala colindante donde se realizaba esa parte del trabajo, consolas típicas del control aéreo de cualquier aeropuerto se utilizaban para guiar a los aviones en su fase de vuelta al buque o ‘boat’ como ellos le llamaban.

Centro de Control y Combate

Esta sala, própia de todo buque de guerra que lleve sistemas de armamanto varios, se encontraba bajo una luz azul. Aquí tuvimos las mismas restricciones fotográficas que en la sala anterior.

Al mando de la misma un oficial aviador de la marina, pero de los que vuelan aviones no embarcables como el P-3, el P-8 y similar. Según él a la marina le gustaba mandarles a ese tipo de trabajos en la mar para que se acordaran de que tenían barcos.

Como curiosidad su mote o Nickname era K-9, esto se debe a qué su apellido era sueco, empezaba por K y tenia 9 letras dificiles de leer, así que le apodaron K-9 para facilitar el tema. Lo de los motes tiene su cosa, a uno que se llamaba Flanders evidentemente le llamaban Ned, como el de los Simpson.


Sala similar a la descrita. Foto: US Navy

A sus espaldas enormes pantallas mostraban las amenazas aéreas y de superficie/submarinas. Dos oficiales se repartían estas dos áreas y a su vez otras muchas consolas repartidas a los costados gestionaban y obtenían esa información. 

El joven oficial, también aviador, encargado de la parte de la amenaza aérea, tenía en su poder una llave que servía para activar los sistemas de armas del buque y le daba autorización para emplearlos a su criterio en caso de no poder localizar a su superior ante una amenaza. Sin inmutarse demasiado buscó la llave y la levantó para que la viéramos.

Cables de frenado

Bajo la cubierta de vuelo encontramos unas salas poco conocidas, las salas donde tiene lugar la magia del frenado de los aviones. Y es que resulta bastante complejo frenar aviones que van a 105 millas por hora a 0 en 2 segundos.

Esto se consigue con el uso combinado de aire a presión, pistones y fluído hidráulico, basicamente se encargan de absorver la fuerza que tira del cable (el avión) frenándolo en un espacio récord. 


Panorámica de la sala de frenado nº3. Foto: @LQT_Defensa

Pero claro, gestionar tanta fuerza tiene sus dificultades, y una de ellas es que se parta el cable por estar desgastado y el avión acabe medio frenado y sin potencia suficiente para volver a despegar, cayendo inevitablemente al agua, ya se ha dado en alguna ocasión. Además el cable partido saldrá disparado como un látigo, golpeando gravemente a cualquier persona que encuentre a su paso.

En este vídeo de 2016 se puede ver a un E-2 Hawkeye caer al agua al no funcionar bien el cable. De forma sorprendente el avión vuelve al aire.


Para evitar esta circunstancia o minimizar el riesgo de que se produzca, los cables de cubierta se cambian cada 150 tomas. Esto significa que varias personas relacionadas con las operaciones aéreas van contando las veces que un cable es utilizado, al final del día ponen en común los números para concluir cuantas tomas lleva cada cable.

La parte del cable que no se ve, la que está bajo la cubierta y dentro del fluido hidráulico, se cambia cada 1500-2000 tomas. Esto lleva más tiempo, unas cuantas horas, mientras que el cable de cubierta se puede cambiar en cuestión de minutos durante las operaciones.


Operación para cambiar el cable de la sala bajo la cubierta. Foto: USS John C. Stennis.

Para valorar la importancia de este mecanismo y el cuidado que hay que darle os dejo un dato; se necesitan 1,5 años para ser considerado 100% capaz de gestionar una de estos sistemas. Así nos lo explicó uno de los marineros a cargo de esta estancia. 

Otra cosa a tener en cuenta es el enorme calor que se puede llegar a generar cuando se suceden los aterrizajes. Un gran ventilador portátil ayudaba a mitigar esa sensación.

En la próxima entrega nos ocuparemos de las dependencias del portaaviones, tales como comedores, dormitorios, zonas de juego, anclas, capilla… ¿O acaso ya sabes cuantos capellanes lleva a bordo un portaaviones? Te lo cuento en el próximo post.


Vista de la cocina. Foto: USS John C. Stennis

Siguiente post: El USS John C. Stennis CVN74

LQT Defensa | Santa Bárbara, 26 de abril de 2018.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir tu experiencia. Me recuerda la visita del JFK en su 1a visita a Tarragona hace muchos años. Por entonces, el ayuntamiento invitaba a que conociéramos a la tripulación para poder visitar el barco. Como ha cambiado todo.

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