24h en un portaaviones americano (I) - volar y aterrizar en un C-2 Greyhound - LQT Defensa

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lunes, 23 de abril de 2018

24h en un portaaviones americano (I) - volar y aterrizar en un C-2 Greyhound

En esta y las prĆ³ximas publicaciones os contarĆ© toda la historia de cĆ³mo embarquĆ© en el portaaviones USS John C. Stennis (CVN-74), de la marina de los Estados Unidos (US Navy) y las impresiones de todo lo que hicimos durante la 24 horas que pasamos a bordo de uno de los buques de guerra mĆ”s impresionantes del mundo, pieza clave y esencial para la defensa de los intereses globales de la primera potencia econĆ³mica mundial.

El portaaviones CVN-74. Fuente: MC3 Mike Pernick, USS John C. Stennis

El embark o embarque se iniciĆ³ en San Diego (California) la maƱana del sĆ”bado 21 de abril de 2018 y se alargĆ³ un poco mĆ”s de 24h hasta el domingo 22 de abril a las 14:00. Es decir, tambiĆ©n pasamos la noche en la mar y dormimos en el buque.

Llegado a este punto te estarĆ”s preguntando... ¿CĆ³mo alguien que vive en EspaƱa, y no es estadounidense, consiguiĆ³ llegar hasta aquĆ­? Te lo explico antes de que sigamos con la visita.

En noviembre de 2017 el US Naval Air Forces Command, el Mando encargado de sostener y entrenar para el combate a toda la flota de aviones y helicĆ³pteros de la marina americana, colgĆ³ el siguiente tuit: 


Ante esta oportunidad no pude hacer otra cosa que presentar mi candidatura, tenia ante mi la oportunidad de cumplir un sueƱo que siempre habĆ­a considerado inalcanzable, disfrutar de la aviaciĆ³n naval en su mĆ”xima expresiĆ³n, en un portaaviones de propulsiĆ³n nuclear con despegue por catapulta y aterrizaje con cable de frenado, algo al alcance de muy pocos paĆ­ses. 

NOTA importante: todos los gastos que conlleva presentarse a este embarque corren a cuenta de cada participante, ya sea desplazandose desde la ciudad mĆ”s cercana o volando desde EspaƱa como era mi caso. Todos los invitados, 16 en total, eran de diferentes partes de los Estados Unidos, excepto un canadiense de Montreal y un servidor de Barcelona. AsĆ­ que en seguida quedĆ³ claro quiĆ©n era el que habĆ­a viajado mĆ”s Km para cumplir su sueƱo. Y es que sĆ­, todos y cada uno de los allĆ­ presentes estaban cumpliendo un sueƱo y asĆ­ lo hicieron notar en todo momento, el Ć”nimo era alto, todos estĆ”bamos entusiasmados.


Volviendo al asunto, estĆ”bamos citados en la entrada principal de la Base Aeronaval de North Island (NAS North Island) a las 9:00am del dĆ­a 21. A las 8:00 ya estĆ”bamos casi todos allĆ­, nadie querĆ­a poner en riesgo su participaciĆ³n llegando tarde o con un problema de transporte de Ćŗltima hora. AsĆ­ que tuvimos 1 hora de interesante intercambio de impresiones sobre nuestra aficiĆ³n por la aviaciĆ³n y nuestra vida diaria. El grupo era muy variado, desde los 18 a los 60 aƱos (aprox), 13 hombres y 3 mujeres, una de ellas futura estudiante de la Academia Naval, la mĆ”s joven del grupo.

A las 9:00, con puntualidad militar, llegĆ³ el personal de relaciones pĆŗblicas que nos habĆ­a convocado y guiado en el proceso de 'admisiĆ³n' al embarque durante largos meses. Llegaron con dos furgonetas que servirĆ­an para transportarnos a la terminal aĆ©rea, ni que decir tiene que la base es inmensa, y no es factible andar de un lado a otro, mĆ”s de 20.000 personas trabajan en ella.

ImĆ”gen aĆ©rea de NAS North Island en la isla de Coronado (San Diego). 
Fuente: militaryinstallations.dod.mil

AllĆ­, en la puerta de embarque nĀŗ1 de la terminal (la Ćŗnica) nos dieron un extenso briefing sobre el US Naval Air Forces Command y todos los aviones que operan, desde los conocidĆ­simos F-18 Super Hornet, el C-2 Greyhound, el E-2 Hawkey, helicĆ³pteros SH-60 ‘Seahawk’, aviones de entrenamiento como el T-45, aviones de patrulla marĆ­tima P-3 o P-8 y hasta el no tan conocido E-6 Mercury, un viejo B707 encargado de mantener el contacto y el flujo de informaciĆ³n entre el mando y la flota de submarinos alrededor del mundo, siempre hay un E-6 volando 24/7 desde su base de Oklahoma.

Posteriormente se presentĆ³ la tripulaciĆ³n del aviĆ³n que nos iba a llevar hasta el portaaviones USS John C. Stennis CVN-74, que se encontraba realizando su fase de adiestramiento bĆ”sico a 1h de vuelo de la costa de San Diego, preparĆ”ndose para su fase de despliegue en la zona de operaciones del PacĆ­fico, prevista para octubre de 2018 y hasta mayo de 2019.

Briefing. Foto: @Lqt_Defensa

La tripulaciĆ³n de la zona de carga nos instruyĆ³ sobre como utilizar y colocarnos la protecciĆ³n craneal/auditiva, con gafas incorporadas, y el chaleco salvavidas tĆ­pico de la aviaciĆ³n naval, algo asĆ­ como un collar verde que baja hasta la cintura y que se hincha en caso de entrar en contacto con el agua. 

Como curiosidad, si dejĆ”semos el telĆ©fono encendido al despegar de North Island nos llegarĆ­an mensajes de Roaming de algun operador de telefonĆ­a de MĆ©xico, asĆ­ que siguiendo su consejo pusimos los aparatos en modo aviĆ³n, en la mar no nos esperaba ni cobertura mĆ³vil ni internet.

C-2 Greyhound tomando en la cubierta. Foto: @LQT_Defensa

La protecciĆ³n auditivia era la mĆ”s necesaria, ya que un C-2 Greyhound no es un aviĆ³n comercial, es un COD (Carrier Onboard Delivery) o lo que es lo mismo, el encargado de transportar repuestos, suministros, personal y paqueterĆ­a entre la costa y el portaaviones mientras este estĆ” desplegado, evitando asĆ­ que tenga que acercarse a puerto. Esto implica que las comodidades no existen y el ruĆ­do de las dos hĆ©lices es ensordecedor.

Tiene capacidad para 26 personas, o mucha carga si no lleva personal. En configuraciĆ³n de pasajeros puede llevar tambiĆ©n una gran cantidad de maletas o paquetes, colocados entre la cabina de vuelo y la zona de pasaje en un espacio dedicado y asegurado con redes, secundariamente tambiĆ©n sobre las cabezas de los pasajeros, no en compartimentos, sino sobre redes y estructuras del propio aviĆ³n que se colocan y aseguran antes de que suba el pasaje, y se bajan una vez el aviĆ³n estĆ” vacĆ­o.

La carga va encima, en este caso es material de emergencia del aviĆ³n. Foto: @LQT_Defensa

Este aviĆ³n carga mucho peso, siendo relativamente pequeƱo, y tiene que ser capaz de transportar el motor de un F-18, el objeto mĆ”s grande que puede necesitar en operaciones el Ala AĆ©rea embarcada. Es por este motivo que con la llegada a la flota del F-35C en los prĆ³ximos aƱos, la marina se verĆ” forzada a sustituir sus venerables y bonitos Greyhound por el convertiplano CMV-22 Osprey, ya que este Ćŗltimo si puede transportar el motor de un F-35C (como carga externa), cosa que el C-2 no puede hacer. AsĆ­ que aprovechando el final de su vida operativa, serĆ”n sustituidos segĆŗn se vaya introduciendo el F-35C en las Alas embarcadas (Carrier Air Wing - CVW) durante la prĆ³xima dĆ©cada. 

Esto da un valor aƱadido a esta experiencia, ya que el CMV-22 aterriza y despega como un helicĆ³ptero, imposibilitando que los visitantes futuros experimenten un aterrizaje mediante cable de frenado y un despegue con catapulta, que ya os avanzo que es simplemente BRUTAL.

El futuro COD, el CMV-22 Osprey. Foto: @LQT_Defensa.

En fila, equipados y un poco nerviosos, nos acercamos al aviĆ³n y embarcamos por la rampa de carga trasera vigilando de no impactar con la cabeza en la estructura superior del aviĆ³n, tienes que moverte agachado dentro. SegĆŗn vas entrando vas llenando los asientos uno tras otro del fondo hacia afuera, y es que los asientos del Greyhound estĆ”n puestos en sentido contrario a la marcha. Al final del aviĆ³n, o sea por donde hemos entrado, se sientan los 3 tripulantes de la zona de carga, y delante naturalmente los 2 pilotos.

Los asientos, que parecen trozos de metal remachado muy antiguo, no son precisamente cĆ³modos, pero tampoco tan incĆ³modos si pensamos que entre su duro cojĆ­n y tu cuerpo tienes ropa, chaleco y casco. El espacio para las piernas es sorprendentemente amplio, no asĆ­ el espacio con el techo ni los costados, ademĆ”s los asientos son tan altos que no ves casi nada si miras de frente. Y claro, el aviĆ³n no tiene ventanas, sĆ³lo dos pequeƱas esferas al final, que ya te avisan que no te van a servir para ver nada, ya que en 'tierra' las alas estĆ”n plegadas y tapan las ventanas, y en el aire solo ves agua. Unas pequeƱas luces amarillentas alumbran el interior durante el aterrizaje y el despegue, luego se apagan.

                             Me presento yo, los protectores y el chaleco que os comentaba. Fotos: @LQT_Defensa.

El aire acondicionado funciona a su manera, suficiente como para no pasar calor. Y claro, vamos atados, muy bien atados, con un cinturĆ³n y otros dos anclajes que bajan desde los hombros hasta la cintura, nos mantienen bien pegados al asiento, aunque esto importa mĆ”s en el despegue, que veremos en otro post.

El despegue de la base es normal, sin nada a destacar mĆ”s allĆ” de la potencia y aceleraciĆ³n que transmiten sus dos motores desde el primer momento, el aviĆ³n en si no es rĆ”pido pero sĆ­ contundente. El vuelo transcurriĆ³ sin novedad hasta que entramos en el circuito de aproximaciĆ³n del portaaviones, en ese momento el piloto hablĆ³ por megafonia, la que inexplicablemente logramos escuchar, informando que estĆ”bamos ya en el lugar pero que nos quedaban 15 minutos para nuestra secuencia de recuperaciĆ³n. AcabĆ³ diciendo que nos relajĆ”ramos y disfrutĆ”ramos del vuelo, humor aviador supongo, ya que todos estĆ”bamos ansiosos por experimentar nuestro primer Trap, o aterrizaje con cable de frenado, algo que sabĆ­amos no nos iba a dejar indiferentes.


(De todo este proceso no hay fotos porquĆ© no se podia tener nada en la mano ni 'suelto'. Si algo no estĆ” asegurado sale disparado a gran velocidad durante el frenado, pudiendo daƱar el aviĆ³n o un pasajero).

Pasados los 15 minutos iniciamos la aproximacion final… y madre mĆ­a, que impresiĆ³n. Cuanto mĆ”s cerca estĆ”bamos de la cubierta el piloto aplicaba mĆ”s correcciones al aviĆ³n, o sea acelerones y 'frenazos' constantes asĆ­ como alabeos a derecha e izquierda, muchos, muchĆ­simos. Esto indica que estĆ”s a punto de caer sobre la cubierta, en una mezcla de aterrizaje y colisiĆ³n controlada que saldrĆ” bien siempre y cuando consigas atrapar el cable, idealmente el nĀŗ3.

En ese momento de nervios y tensiĆ³n los 3 tripulantes de cabina levantan los brazos y como si no hubiera un maƱana se ponene a gritar y mover los brazos de un lado a otro, te estĆ”n avisando de que en menos de 20 segundos tocaremos ‘tierra’, que te prepares vamos.

Y de repente BOOOOM, una fuerte sacudida te sobresalta, y lo harĆ­a durante un buen rato si no fuera porquĆ© en ese mismo instante la mayor fuerza que jamĆ”s se ha aplicado sobre tu cuerpo te aplasta contra el asiento (recordemos que volamos mirando hacia atrĆ”s), durante unos 2 segundos, que parecen mĆ”s largos y se disfrutan con intensidad. La reacciĆ³n inmediatamente posterior de los 16 novatos es de ponerse a gritar, aplaudir y darse la mano con el compaƱero, los otros 10 pasajeros no reaccionan de ninguna manera, es parte de su trabajo. Os aseguro que es impresionante.




Entonces empiezan una serie de movimientos y giros sobre la cubierta para llevar al pequeƱo C-2 a su sitio asignado para desembarcar el personal, alas plegadas y rampa trasera abierta desde el momento en que se desengancha el cable de frenado. AllĆ­ empieza lo bueno, desde tu asiento levantas la cabeza cual girafa intentando ver afuera, y lo que ves es exactamente lo que te habĆ­as imaginado o visto en pelĆ­culas. Decenas de personas vestidas de distintos colores, equipadas con cadenas, herramientas, luces, mangueras de combustible, trajes de bombero… Todo pasa ante tĆ­ mientras el aviĆ³n da una vuelta de 360Āŗ para acabar con el ‘culo’ apuntando a estribor justo bajo la isla del portaaviones. 

Lo que puedes ver desde tu asiento. Foto: @LQT_Defensa

Y en ese momento, sin espera de ningĆŗn tipo, toca bajar del aviĆ³n en fila de uno, desorientado, con los oĆ­dos aĆŗn tapados, con la cabeza agachada y siguiendo las indicaciones gestuales de gente vestida de colores que te dirige repidamente por la cubierta hasta una zona segura, o sea fuera de la cubierta. Sigues tu camino bajando unas pequeƱas escaleras en la parte donde la estructura que te sostiene es metĆ”lica y agujereada, puedes ver el mar 7 pisos mĆ”s abajo, inmediatamente entras por tu primera puerta o escotilla, e intentando no ser el primero en caerse o darse un golpe apareces por arte de magia en una sala bien amueblada, con moqueta seƱorial, sofĆ”s y comida. Y es en ese momento de distensiĆ³n, de recuperar la propiedad de tu cuerpo y darte un abrazo con los compaƱeros de embarque, que descubres que llevas horas sin comer y que las galletas y bocadillos que te han puesto como recibimiento son lo que mĆ”s deseas en este mundo.

Pronto descubres que estƔs en presencia del segundo comandante del portaaviones (Executive Officer), que ha venido a recibiros, y que te miran 5 personas que se van a encargar de guiarte durante las siguientes 24h por el buque, que ademƔs estƔn evaluando con la mirada si alguno de los huƩspedes les va a generar problemas, entonces decides comportarte y comer solo una galleta, por el momento.



Executive Officer (derecha). Foto: @LQT Defensa.


Lo que viene a continuaciĆ³n lo trataremos en dos post, el de la vida a bordo, donde veremos todas las dependencias y curiosidades que nos enseƱaron, asĆ­ como las caracterĆ­sticas del buque. Y otro donde trataremos las operaciones aĆ©reas, que al final es lo que todos querĆ­amos ver y experimentar de cerca.
 

Quiero agradecer al US Naval Air Forces Command, en Twitter @flynavy, la oportunidad que me han dado. Os recomiendo seguirles, comentaron que cuando lleguen a los 100K seguidores puede que lo hagan otra vez ;=) 

Siguiente post: cubierta de vuelo y operaciones aƩreas.

LQT Defensa | San Diego - 22 abril 2018.

2 comentarios:

  1. Que envidia sana me das, me alegro por tu experiencia y que asĆ­ nos la puedas contar, estoy deseando seguir tu aventura en semejante "Bicho"
    Un saludo

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  2. Esperando con ansias los siguientes partes!

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