Son, según las fuentes militares consultadas, el embrión de nuevas bases. La de Qala e Naw quedará entonces como centro de mando y cuartel general. Se están levantando muros y fortificando posiciones con artillería ligera para la defensa. El objetivo principal es cortar las comunicaciones y circulación –hasta ahora fluida- de la insurgencia por la ruta ‘Lithium’. Pero el problema, dicen los militares, siguen siendo las reglas de combate: No se permite abrir fuego tras identificar a un insurgente, hay que esperar a que disparen.
La llegada del general Petraeus al mando de la ISAF precipitó el traslado de estas bases. Una de sus primeras ordenes del nuevo comandante en jefe fue salir a buscar a la insurgencia, no esperarla en sus posiciones.
A principios de septiembre, el Ministerio de Defensa admitía que dos de las FOB –siglas en ingles de Base de Operaciones Avanzada- bajo responsabilidad española en la zona de Qala e Naw habían adelantado sus posiciones. La ISAF –la misión de la OTAN para Afganistán- ordenó su traslado a una posición mucho más comprometida, en territorio dominado por la insurgencia.
Una de ellas, Sang Atesh, está situada a tres kilómetros y medio al norte de su anterior ubicación. La última se encontraba sobre el lecho de un rio que, con la llegada de la época de lluvias, corría peligro de quedar abnegada por el agua. El nuevo emplazamiento, en una situación más elevada, permite un mejor control del valle. El inconveniente es que se encuentra en una zona dominada por la insurgencia.
En la otra, la de Muqur, al este de Qala e Naw, las tropas españolas comparten responsabilidad con las estadounidenses. Son posiciones claves de la ruta ‘Lithium’, la vía que comunica Herat y Qala e Naw con la población de Bala Murgab y la frontera con Turkmenistán.
Vea a continuación imágenes sobre la situación de las bases españolas, con la posición de Sang Atesh al norte y la de Muqur al este:
fuente: ECD
*a otra cosa mariposa...
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