El Ejército no se libra de los recortes en la oferta de empleo público que padece toda la administración. Ese plan establecía que de cada diez funcionarios que se jubilen sólo se cubrirá una plaza. La problemática que surge es que el Ejército tiene dos fuertes compromisos internacionales y una necesidad acuciante de más personal operativo para cubrir esas misiones.
Para paliar ese déficit de personal que sufrirá en este 2011, el jefe de Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll, ha tomado algunas medidas con el objeto de optimizar el número de efectivos con el que cuenta. De ahí, entre otras cosas, el plan de «bases únicas discontinuas» que presentó recientemente. Según este proyecto, el personal de servicios de varios acuartelamientos cercanos geográficamente se unificarán en una única unidad de servicios que atenderá a esas bases. El personal sobrante de esa reestructuración se incorporará a las unidades operativas.
Al comienzo de la crisis económica, y sobre todo a raíz de la sangría constante del desempleo, el número de efectivos de las Fuerzas Armadas creció durante los años 2008, 2009 y 2010 hasta rebasar los 86.000 militares de tropa y marinería establecidos como límite presupuestario. Entrar en los ejércitos pasó de ser una opción meramente vocacional a un trabajo seguro al menos durante los tres años que dura el compromiso inicial, una salida al agujero del desempleo en el que muchos españoles se veían inmersos sin salida.
La crisis y los recortes llevan ahora a cerrar incluso esa puerta a muchos, y al Ejército le obliga a ser imaginativo para no perder capacidad operativa.
Para paliar ese déficit de personal que sufrirá en este 2011, el jefe de Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll, ha tomado algunas medidas con el objeto de optimizar el número de efectivos con el que cuenta. De ahí, entre otras cosas, el plan de «bases únicas discontinuas» que presentó recientemente. Según este proyecto, el personal de servicios de varios acuartelamientos cercanos geográficamente se unificarán en una única unidad de servicios que atenderá a esas bases. El personal sobrante de esa reestructuración se incorporará a las unidades operativas.
Al comienzo de la crisis económica, y sobre todo a raíz de la sangría constante del desempleo, el número de efectivos de las Fuerzas Armadas creció durante los años 2008, 2009 y 2010 hasta rebasar los 86.000 militares de tropa y marinería establecidos como límite presupuestario. Entrar en los ejércitos pasó de ser una opción meramente vocacional a un trabajo seguro al menos durante los tres años que dura el compromiso inicial, una salida al agujero del desempleo en el que muchos españoles se veían inmersos sin salida.
La crisis y los recortes llevan ahora a cerrar incluso esa puerta a muchos, y al Ejército le obliga a ser imaginativo para no perder capacidad operativa.
fuente: La Razón.
*a otra cosa mariposa...
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