El proyecto de adquisición del lanzagranadas Alcotán-100 arrancó en
el año 2003. Surgió para dotar a las unidades de Infantería y Caballería
de un sistema que incrementase la potencia de fuego de las pequeñas
unidades hasta media distancia.
Posición de disparo con el Alcotán (Foto:Instalaza)
Tras varias mejoras y modificaciones, a los usuarios les está
llegando la versión M2, fabricada por la empresa española Instalaza; de
la primera versión sólo queda un remanente de munición que, en cuanto se
termine, conllevará su desaparición por problemas de incompatibilidad
con la nueva, que ofrece mejores prestaciones y capacidades, y cuyo
manejo es aún más rápido y sencillo.
La distribución de estos nuevos sistemas comenzó en el año 2009,
entre las unidades de la Fuerza —de Infantería Ligera, Caballería e
Ingenieros—, a donde irán a parar los más de medio millar de
lanzagranadas y las casi 300 direcciones de tiro previstas. El sistema
se completa con un simulador y un entrenador, de los que se prevé
entregar 23 y 53, respectivamente.
Dirección y munición
El Alcotán-100 es un arma ligera, que se coloca sobre el hombro para
disparar, y que tiene un alcance superior a 500 metros. Cubre el rango
intermedio entre el lanzagranadas C-90 y el misil Spike, y sus
características le permiten batir una amplia variedad de blancos, como
los actuales carros de combate dotados con los blindajes más modernos.
Tiene un bajo retroceso y su firma visual y acústica es mínima.
Dirección de tiro (Foto:Instalaza)
El sistema está formado por dos componentes principales: por un lado,
la munición; y por otro, la dirección de tiro. La munición está
compuesta por el tubo lanzador, el motor de lanzamiento y el proyectil.
Va empacada y es desechable. La versión M2 de la dirección de tiro Vosel
confiere a esta arma una elevada probabilidad de impacto al primer
disparo.
Entrenamiento en dos fases
Para adiestrar a los tiradores del Alcotán se ha desarrollado un
sistema de entrenamiento en dos fases. La primera se realiza por medio
de un entrenador en aula denominado SAARA (Sistema Autónomo de
Aprendizaje Rápido en Aula). Se trata de un equipo portátil, de sencilla
utilización, que simula las condiciones de empleo del arma. El equipo
muestra sobre una pantalla la imagen de un blanco, que puede ser
estático o moverse en varias direcciones y a diversas velocidades, al
cual debe disparar el tirador, utilizando un arma simulada que reproduce
fielmente la forma, peso y manejo del arma real. Desde el puesto de
control, el instructor ha seleccionado un blanco generado por ordenador
—con lo que puede determinar la distancia, velocidad y dirección, tanto
de día como de noche—, o una filmación real, que incluye blancos
simultáneos. Para alcanzar el objetivo, el tirador debe realizar
exactamente la misma secuencia de acciones que con el arma real, de modo
que el instructor puede evaluar el nivel de comprensión y la habilidad
de cada tirador, antes de pasar al siguiente estadio de la instrucción.
El simulador SAARA es totalmente portátil (Foto:Instalaza)
La segunda fase se lleva a cabo en el campo o en una galería de tiro.
Durante esta se utilizan una dirección de tiro Vosel y un entrenador
subcalibre TR-ALC (M2). La dirección de tiro es la misma usada con el
arma de guerra, e identifica al entrenador subcalibre automáticamente al
ser conectados, pero con todas las funciones de la dirección de tiro
igualmente operativas.
El TR-ALC presenta la misma forma externa, dimensiones y peso que una
munición de guerra, y se maneja de igual manera. La munición que
utiliza este entrenador es un cartucho de diseño específico, denominado
CAR. TR-ALC, formado por una bala trazadora y una carga de rebufo. Dadas
las características de la bala trazadora, tanto el instructor como el
tirador pueden seguir la traza hasta el blanco, lo que permite una
inmediata evaluación del disparo. La carga de rebufo simula el efecto a
retaguardia de la munición real.
fuente: Ejército de Tierra.
*a otra cosa mariposa...
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