El cielo de Menorca recibió, el 15 de febrero, unos inusuales
huéspedes: dos cañones de casi cinco toneladas cada uno que, suspendidos
de un helicóptero Chinook de las Fuerzas Aeromóviles del
Ejército de Tierra, surcaron el espacio que separa el castillo de San
Felipe de la fortaleza de Isabel II, también conocida como La Mola.
La conveniencia del cambio de ubicación se derivaba del hecho de que
estas dos piezas databan de una época histórica diferente a la del
castillo en el que se encontraban, pero el traslado no podía hacerse por
tierra, ya que su gran tamaño hacía imposible su paso a través de la
entrada de la fortaleza.
Por ello, el helitransporte era la única opción, como en el caso de
otros dos cañones que ya estaban dentro del recinto de La Mola pero a
los que se les había buscado un nuevo emplazamiento más adecuado.
Nuevamente, con ayuda del Chinook, ambas piezas fueron recolocadas en su interior.
El Chinook en el transporte de los cañones (Foto:COMGEBAL)
fuente: Ejército de Tierra.
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