Captura del Alakrana
"EstĆ”bamos patrullando en la parte central de Somalia. Lo que intentamos desde el principio es dar seguridad a los pesqueros y para eso habĆa que estar permanentemente enlazados con ellos. Los que querĆan hablaban con nosotros y los que no, no. A raĆz de una llamada telefĆ³nica del Alakrantxu nos enteramos de que el Alakrana habĆa cantado la posibilidad de que les estuvieran atacando. Intentamos ponernos en contacto con el barco, pero fue imposible. Con el Alakrana nos habĆamos comunicado 15 dĆas antes porque habĆan detectado movimientos sospechosos y nos acercamos para investigarlos pero no los vimos (a los piratas)".
foto: "PACODIME" en fotosdebarcos.com
¿Fuera del perĆmetro de seguridad?
"Esto (el Ć”rea de la OperaciĆ³n Atalanta) es una zona inmensa. Para poder aportar seguridad a los atuneros tenemos que estar en la misma zona. Madrid (el Ministerio de Defensa) les preguntĆ³ a los armadores la zona probable de pesca. Por el mĆ©todo de pesca del atĆŗn es muy difĆcil de definir porque tienen boyas por todo el Ćndico, pero los armadores nos dieron una zona probable de pesca. Empezamos a patrullar en esa zona donde estaban la mayorĆa de los pesqueros, pero desafortunadamente no estaban todos. El Alakrana estaba mĆ”s al sur, a unas 800 millas de nosotros, que tenĆamos que decantarnos y fuimos a la zona donde estaban la mayorĆa de barcos".
Las opciones: asalto y averĆa del Alakrana
"El Gobierno me transmitiĆ³ que la prioridad era no poner en riesgo la vida de la tripulaciĆ³n del barco. Se estudiaron varias opciones, se vieron las ventajas y los inconvenientes. El plan de asalto por supuesto estaba hecho y el barco siempre estuvo preparado para tener que actuar inmediatamente en caso de deterioro de la situaciĆ³n, si ya estaban en peligro la vida de los tripulantes, el barco estaba preparado para intervenir y se reforzĆ³ para ello. Se desechĆ³ porque ponĆa en riesgo la vida de los tripulantes. Una vez desechada se estudiĆ³ la posibilidad de detener al Alakrana de forma encubierta poniendo estachas [cabos que desde un buque se dan a otro fondeado] pero era inviable porque el caso del Alakrana estaba diseƱado para evitar engaƱarse en ese tipo de cosas".
Captura de los dos piratas y traslado a EspaƱa
"SeguĆ estrictamente las Ć³rdenes de Madrid y de mi mando de la OperaciĆ³n Atalanta, que tiene un procedimiento muy claro y ya muy aprendido para estos casos: detener a los sospechosos de piraterĆa cuando se les pilla en un delito flagrante, y en este caso, lo era porque el esquife habĆa salido del Alakrana, y comunicĆ”rselo a las autoridades de cada paĆs. El protocolo se siguiĆ³ el protocolo a raja tabla. No hubo lugar a interpretaciones. No se podĆa hacer otra cosa. El esquife estaba a 100 millas de nuestro barco y navegaba a una velocidad de 15 nudos. Enviamos un helicĆ³ptero para intentar detenerlo. A veces con la presencia, sirve. Pero esta vez hubo que disparar rĆ”fagas de intimidaciĆ³n desde el helicĆ³ptero. Nos aproximamos en lanchas con nuestro equipo de asalto. Era noche cerrada, dentro del esquife, tumbados y tapados por una manta les pedimos que se pusieran de pie, en francĆ©s y en inglĆ©s. Entonces uno de ellos hizo un movimiento brusco y un miembro del equipo de asalto dio un disparo que nunca fue a intentar herir, sino de aviso, pero que desafortunadamente impactĆ³ y afortunadamente, fue una herida muy leve. Y a partir de ahĆ tengo muy poco que aƱadir. Yo los retengo, no los detengo. Es el juez el que luego, posteriormente decide la detenciĆ³n. Nos envĆan una copia el auto procesamiento donde viene la decisiĆ³n del traslado a EspaƱa y posteriormente se estudian las posibilidades para hacerlo lo antes posible".
La cƔrcel del barco
"Ante posibles denticiones, acondicionamos una parte del barco para los detenidos. Hemos puesto suelo de goma y acolchado los salientes de las paredes para que no se autolesionen. El herido no tuvo que estar en la enfermerĆa porque la herida era muy superficial".
El bulo del traslado a tierra de tres marineros
"No tuve informaciĆ³n nunca de si los llevaron a tierra o a bordo. Me enterĆ© por la prensa. RecibĆ un mensaje oficial de cĆ³mo estĆ” la situaciĆ³n oficialmente pero no he participado en ese asunto".
LiberaciĆ³n del Alakrana
"Nuestro mando nos informĆ³ de que se estaba procediendo a la liberaciĆ³n. El patrĆ³n nos fue informando de la salida de los piratas. Fue el Ćŗnico momento del secuestro en el que pudimos comunicarnos con el barco. Cuando se fueron los Ćŗltimos cinco y levantaron el ancla, nos acercamos a una distancia para no poner en riesgo la liberaciĆ³n, Nuestras prioridades eran: asegurar la liberaciĆ³n, evitar la recaptura, porque ha habido casos y detener a los responsables. Por este orden".
El rescate
"EstĆ”bamos a una distancia fuera del campo visual de los piratas para asegurar la liberaciĆ³n. Nos aproximamos luego. No vi ninguna avioneta (depositando el rescate en el barco)".
PersecuciĆ³n de los piratas
"El Alakrana estaba a 17 millas de la costa. Ese era el margen de actuaciĆ³n que tenĆamos. Cuando se fueron los Ćŗltimos piratas, el helicĆ³ptero llegĆ³ a tiempo, intentĆ³ pararlos, disparando primero a la proa, luego, al motor, para ver si lo podĆamos averiar, pero no amedrentĆ³ a los piratas, que confiaban en alcanzar la costa y una vez en tierra no estĆ”bamos autorizados ni por Atalanta ni por la legislaciĆ³n espaƱola para intervenir. En la playa, les estaba esperando un montĆ³n de gente y era imposible decir quiĆ©n era pirata y quien inocente por lo que podrĆamos haber causado daƱos colaterales. AdemĆ”s, el uso de lo que nosotros llamamos fuerza letal, disparar a dar, sĆ³lo estĆ” contemplado en casos de respuesta a un ataque, no de persecuciĆ³n de un delito. Ahora los piratas estĆ”n en tierra y la operaciĆ³n para detenerles estĆ” cerrada por nuestra parte".
Reencuentro con los marineros
"Fue muy emocionante. EnviĆ© un equipo de apoyo al Alakrana y vieron a los marineros muy contentos y muy cansados. Por la noche descansaron y por la maƱana se pusieron marineros y militares a limpiar el barco. No tenĆa grandes daƱos pero los piratas habĆan arrasado con todo el mobiliario. LlegĆ³ a Seychelles como una patena. Una vez en puerto, el patrĆ³n y yo nos abrazamos. Fue un abrazo de un minuto. Tiene una entereza sorprendente. Es una magnĆfica persona. IrĆ© a verle a Baiona".
fuente: El PaĆs.*a otra cosa mariposa...
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