Se trata de unas estructuras en forma de ‘V’ que arrastran el terreno por el que pasa el vehículo. Con su instalación, los RG31 evitarían la explosión de las minas colocadas en las carreteras bajo el asfalto o la arena.
No obstante, surgen dos inconvenientes, según los expertos consultados por ECD, a la instalación de estos barreminas:
-- El primero es que los RG31 no son vehículos totalmente inmunes a la explosión de minas anticarro. Tal y como se publicó en estas páginas, la insurgencia conoce estos vehículos y ya ha atacado varios con graves daños para el blindado. Además, los talibán aumentarán la carga explosiva de sus artefactos.
-- Por otra parte, el uso del barreminas implica una reducción drástica de la velocidad de los vehículos (a unos 20 kilómetros por hora), lo que facilita las emboscadas laterales por parte de los enemigos.
Los ‘marines’ estadounidenses tienen instalados estas estructuras barreminas en algunos de sus RG31 que también tienen desplegados en Afganistán.
*a otra cosa mariposa...
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