ANTONIO CABRERA (laprovincia.es)
El Regimiento de Infantería Soria 9, con guarnición en Puerto del
Rosario, vivió ayer un día histórico. Uno de sus hombres, Agustín Gras
Baeza (Melilla, 1982), mutilado en Afganistán a causa de un atentado
talibán, se incorporó de nuevo a la vida militar tras haber logrado con
su tenaz lucha y un gran ejemplo de superación un cambio en la
legislación española para que los heridos de guerra puedan continuar en
el Ejército. Hasta ahora esta posibilidad estaba prohibida.
Gras,
que era teniente durante la misión en el país asiático, pero que
recientemente fue ascendido a capitán por el Ministerio de Defensa, se
presentó ayer con su uniforme de gala en el cuartel majorero. Según
señalaron fuentes militares a este periódico, fue recorriendo cada una
de las unidades y presentándose tanto a los mandos como a sus
compañeros. Si bien cuando ocurrió el atentado se encontraba al mando de
la 3a Compañía, su incorporación está ligada al Batallón de Infantería
Ligera Fuerteventura I/9 y desempañará su función de capitán en la Plana
Mayor.
El 18 de junio de 2011 los soldados del Soria 9 realizaban
una patrulla de reconocimiento por la peligrosa ruta Lithium, en
Afganistán. El vehículo blindado donde viajaba el teniente Gras con sus
compañeros era el cuarto de la columna. De repente saltó por los aires
al pisar un artefacto explosivo. Gras y la cabo Jeny García se llevaron
la peor parte, ya que tienen que amputarles una pierna. Los soldados
Abián Quevedo, Ibrahim Maanan y el intérprete también resultan heridos.
La
onda explosiva le provocó daños irreparables en su pierna izquierda. Le
amputaron el pie, el peroné y el resto de la tibia, aunque conserva
intacto el fémur, la rodilla y 10 centímetros de tibia.
Tras
cuatro meses ingresado en el Hospital Gómez Ulla, en Madrid, comenzó su
proceso de rehabilitación. La adaptación de una prótesis en la
extremidad dañada ha logrado que el ahora capitán realice una vida
normal. Nada y corre cada día para ponerse en forma. Todo un mérito
logrado a base de "fuerza de voluntad y un afán de superación increíble.
Cuando otros se derrumban, Agustín se crece y se propone no solo
recuperarse, sino luchar para seguir siendo útil al Ejército y a
España", señaló un amigo del militar.
La legislación cuando Gras
sufrió el atentado solo recogía una indemnización y la máxima pensión
por ser un mutilado en acto de servicio. Ni tan siquiera podía vestir el
uniforme ni continuar en la carrera militar. Sin embargo, Defensa
publicó una orden ministerial que regula la adscripción de personal
militar a unidades, centros y organismos del Ministerio "en especiales
circunstancias". Agustín Gras es uno de esos casos y desde ayer viste de
nuevo el uniforme militar.
fuente: laprovincia.es
* @Lqt_blog y facebook.
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