Con la actual capacidad espaƱola resulta imposible imposible dar seguridad a la provincia, y sin seguridad cualquier relaciĆ³n con gobernabilidad es puro espejismo. Pero la seguridad en este paĆs no resulta sencilla y para ello hay que adentrarse en algunas de las llamadas 'zonas rojas', como Sabzak, donde el riesgo de ataque es alto. En plena escalada de violencia en Badghis, EspaƱa y el resto de paĆses miran con preocupaciĆ³n hacia Kunduz, una zona del norte que permanecĆa tranquila en la que los alemanes se enfrentan ahora a una fuerte presencia insurgente.
“El escenario es inestable y cambia de un dĆa a otro”, esto lo saben todos los hombres aquĆ destinados. Hombres como el sargento Serantes, herido el pasado miĆ©rcoles y que se recupera favorablemente de su herida en la pierna en el hospital Role 2 de la base de Herat. «Me quedo en AfganistĆ”n, quiero volver con mi unidad», responde si se le cuestiona sobre si piensa volver a EspaƱa para curarse. No tiene dudas. Cumple Ć³rdenes, como el resto de compaƱeros que permanecen en Sabzak colaborando en la labor de seguridad del puerto de montaƱa.
Llegaron para las elecciones, pero les ha tocado una misiĆ³n mĆ”s expuesta, una autĆ©ntica labor de una fuerza de reacciĆ³n rĆ”pida. Algunos estĆ”n en Herat, pero otros se dividen entre Sabzak y la base que EspaƱa tiene a medio construir en Qala-i-Nao. Sus condiciones de vida no son las mejores, pero no se escuchan quejas. Al contrario.
Pocos tienen dudas de que cuando las fuerzas espaƱolas se retiren de esta posiciĆ³n, los insurgentes volverĆ”n a ocuparla. El juego del gato y el ratĆ³n eterno de un conflicto cada vez con mĆ”s matices, que precisa de forma urgente de un plan, unos objetivos y unos plazos.
fuente: Blog de Mikel Ayestaran (ABC.es)
*a otra cosa mariposa...
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