Inquietante crónica desde Moqur: los soldados empezaron a "caer como moscas", sólo era un presagio de todo lo que ocurriría después. - LQT Defensa

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lunes, 11 de marzo de 2013

Inquietante crónica desde Moqur: los soldados empezaron a "caer como moscas", sólo era un presagio de todo lo que ocurriría después.


La tienda de campaña que hasta entonces se utilizaba como comedor en el campamento militar Ricketts, fue habilitada como hospital de emergencia. Fue la única solución. La tarde anterior varios militares habían empezado a sentirse indispuestos, y al día siguiente ya había dieciséis en cama con los fatídicos síntomas del 'yala yala', como los soldados llaman a las diarreas y los vómitos.
El comandante médico intentó quitarle importancia al asunto al ser preguntado por lo que parecía una epidemia. En cambio el capitán Romero, jefe de la base, fue categórico: nunca antes habían tenido tantos casos en tan poco tiempo.
Hace poco más de una semana los soldados de la 23 compañía Azor del batallón Toledo de la Brigada de Infantería Ligera Aeorotransportable (Brilat) empezaron a desmontar el último puesto avanzado de combate que España tiene en Afganistán: el campamento Ricketts, en la localidad afgana de Moqur.
El viento, la polvareda que se levantaba con el movimiento de trastos de un lado para otro, y el calor asfixiante que hacía a principio de semana como si el verano ya hubiera llegado a Afganistán, resultaron matadores:los soldados empezaron a "caer como moscas", en palabras del propio capitán.
El miércoles pasado la base ya estaba irreconocible, no parecía la misma por donde nueve contingentes españoles, de unos 250 militares cada uno, han pasado desde junio de 2010, cuando España desplegó sus efectivos por primera vez en ese pequeño municipio afgano.
La mayoría de las tiendas de campaña del campamento, que antes conformaban una especie de mar de lonas y donde se alojaban los soldados, ya habían sido desmontadas, dejando una sensación extraña de vacío y soledad. Como si allí nunca hubiera estado un soldado español.
Sólo quedaban como legado las plataformas de madera que sirvieron como suelo de las tiendas de campaña. Y unas cuantas pintadas en plan grafiti en los bloques de hormigón de protección de la base, alusivas a las unidades destinadas allí y que daban fe que las tropas españolas realmente estuvieron en ese puesto avanzado de combate.
"Hay que hacer las cosas una vez y bien. Y no, cincuenta veces, y mal hechas", el brigada Carlos Tercero, encargado de la base, recriminaba así a los soldados, cuando empezaban a trabajar con una cierta desgana a última hora de la tarde, al anochecer, después de toda una jornada sin casi parar, moviendo armatostes de un lado para otro y desmontando tiendas.
El campamento Ricketts fue clausurado el pasado sábado. Las tropas españolas marcharon de allí para, en principio, no regresar nunca más. EL MUNDO estuvo en Moqur en los últimos días de la base. Esta crónica y la de los días sucesivos hacen referencia a hechos acaecidos durante la semana pasada, que no se han difundido con anterioridad a petición del Ministerio de Defensa para garantizar la seguridad de las tropas españolas durante el repliegue.
Los dieciséis enfermos por 'yala yala' fueron evacuados a Qala-e-now, la principal base de las tropas españolas en la provincia de Badghis. Aquello sólo era un presagio de todo lo que ocurriría después.

fuente: www.elmundo.es

Esperaremos intrigados las crónicas que pueda publicar El Mundo en los próximos días.


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